El Papa Francisco falleció este lunes 21 de abril a los 88 años, tras doce años de pontificado que dejaron una marca profunda en la Iglesia católica, no solo porque fue el primero de un jesuita y de un latinoamericano, sino por haber impulsado reformas estructurales en el Vaticano.
Pero sus intereses no solo se centraron en la fe y de hecho, el Sumo Pontífice dejó un legado marcado por su mirada crítica y reflexiva frente al avance de las nuevas tecnologías, en especial la inteligencia artificial.
Jorge Mario Bergoglio insistió en la necesidad de integrar el progreso tecnológico con principios éticos y humanos, promoviendo un diálogo que trascienda la técnica y se enfoque en el bien común.
Paradógicamente, el Santo Padre también fue una de las primeras víctimas de los deepfakes hechos con IA, cuando en 2023 imágenes generadas por la plataforma Midjourney lo mostraban usando un abrigo acolchado blanco y zapatillas deportivas.
Y aunque las fotografías no eran reales, alcanzaron millones de visualizaciones en pocas horas y lo convirtieron en el primer gran jerarca de la Iglesia católica ser protagonista de un deepfake de alto impacto global.
Una postura crítica pero propositiva

Desde el Vaticano, el Papa Francisco abordó en diversas ocasiones los desafíos éticos y sociales derivados del uso creciente de sistemas de inteligencia artificial.
Durante la Jornada Mundial de la Paz 2024 emitió una comunicación centrada en la necesidad de un enfoque responsable hacia esta tecnología, subrayando su potencial disruptivo y sus implicaciones ambivalentes.
En ese contexto, llamó a la comunidad internacional a mantener una actitud de vigilancia y reflexión técnica, para evitar que los sistemas algorítmicos y automatizados reproduzcan lógicas de violencia, discriminación o exclusión, especialmente contra las poblaciones más vulnerables.
“Existe una necesidad urgente de orientar el concepto y el uso de la inteligencia artificial de manera responsable para que esté al servicio de la humanidad y la protección”, afirmó el pontífice.
El último mensaje sobre la IA, trabajo y relaciones humanas

El 1 de abril se publicó el último mensaje de Francisco sobre las nuevas tecnologías. En este expresó que el desarrollo tecnológico no debe reemplazar el contacto humano, y llamó a que se utilice para enfrentar las crisis actuales sin perder el foco en la dignidad de las personas.
“¿Cuánto me gustaría que mirásemos menos la pantalla y mirásemos más a los ojos? Si pasamos más tiempo con el móvil que con la gente, algo no funciona.
La pantalla nos hace olvidar que detrás hay personas reales que respiran, ríen y lloran” - Papa Francisco.
Asimismo, señaló que “la tecnología es fruto de la inteligencia que Dios nos ha dado, pero hay que usarla bien”, advirtiendo que “no puede beneficiar solo a unos pocos mientras que otros quedan excluidos. ¿Qué tenemos que hacer entonces? Usar la tecnología para unir, no para dividir”.
“Oremos para que el uso de las nuevas tecnologías no reemplace las relaciones humanas, respete la dignidad de las personas y ayude a afrontar las crisis de nuestro tiempo” - Papa Francisco.
El Sumo Pontífice también alertó sobre los efectos que la automatización puede tener sobre el empleo, destacando la necesidad de que los avances tecnológicos no desplacen tareas esenciales para la integración y el desarrollo personal.
Diálogo entre ética, tecnología y derechos

Francisco defendió la idea de que el desarrollo de la inteligencia artificial debe estar orientado por principios éticos que prioricen la dignidad humana. Propuso un marco que involucre tanto a la educación como al derecho, advirtiendo que el uso no regulado de estas tecnologías podría derivar en mayores inequidades entre países y clases sociales.
El Papa abordó el concepto de alineación, una noción dentro del desarrollo de la IA que busca asegurar que las decisiones algorítmicas respondan a objetivos beneficiosos para los usuarios.
Y en su discurso durante un foro intergubernamental del G7 en junio de 2024, expresó: “la tecnología no puede usarse para marginar o excluir; debe promover la vida en todas sus formas”, y remarcó que el desarrollo de la IA debe estar “guiado por principios morales”.
Aunque reconocía no ser hábil con la tecnología, el Papa defendía su uso positivo. En 2015, fue uno de los líderes globales más influyentes en X (antes Twitter), y calificó a internet, las redes sociales y los mensajes de texto como “un regalo de Dios”.
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